La
Orden de los frailes dominicos en Centroamérica se remonta a 1538 y a
Ciudad vieja, siendo uno de sus fundadores Fray Bartolomé de las casas,
conocido como el "defensor de los indios".
Con el traslado de la cuidad al valle de panchoy, la orden de los
dominicos recibió muchos terrenos y con el tiempo, llegaría a ser uno
de los monasterios más grandes y ricos de la ciudad.
Debido
a su destrucción en los terremotos de 1773 y a su posterior
depredación (fue usado como cantera durante el siglo XIX y aun
después), todo lo que se sabe de santo domingo es gracias a los
cronistas e historiadores de la época.
Su iglesia tenia 2 torres con 10 campanas y en una de ellas se coloco
el primer reloj público que tuvo la cuidad.
Las
bóvedas y altares del templo, así como el monasterio contenían
grandes tesoros artísticos. Su inmensa fuente octagonal fue celebre e
incluso tenia una laguna artificial.
Por iniciativa del Obispo Marroquin y de los dominicos se fundo en
Santo Domingo el Colegio Santo Tomas de Aquino, antecedente de la
Universidad de San Carlos, de donde surgieron importantes personalidades
de la época.
En
1676 cuando por real cédula por fin se autoriza su fundación, se
eligió como sede el colegio de los dominicos y fue allí en donde
permaneció hasta 1763, año en que se traslado a su nuevo edificio a un
costado de la catedral.
Cuentan los historiadores que el barrio de Santo Domingo solía ser
animado, lleno de comercios y bullicio. Hoy en día un hermoso y
concurrido hotel ha sido incorporado a las ruinas del monasterio,
trayendo así a este viejo barrio algo del bullicio antaño.
Aun se lleva a cabo trabajos de descombramiento en las ruinas que quedan.